Esperanzado en encontrar por la madrugada algún compatriota sudando la gota gorda o un grito de guerra clavando esa aguja en el pecho, un mawashi bien puesto o viendo una y otra vez esa pelota caer en las calurosas arenas de pikachu, solo encontré una oscura carta de ajuste, pues todo ese sueño de anillos era historia pasada.
Se termina una nueva versión de los JJ. OO y observamos desde una tribuna muy lejana como todas esas grandes estrellas del deporte retornan a sus cotejos, algunos con sus pechos como paloma y galardones colgando que ratifica su trabajo y perseverancia.
¿Pero qué sucede (a lo Medel) con los que no llegaron en los primeros lugares?
¿Qué sucede con nuestros deportistas? ¿Qué sucede en Chile…ah?
Encontramos esas respuestas compartiendo una mesa, con el especialista en velocidad y resistencia, el vecino que con suerte baja las escaleras y vive en el 2, mucho mejor en la Farmacia de urgencia de Don Henríquez, donde hay respuesta para todo deporte, en especial la Rayuela.
La verdad que nuestro Team vuelve a casa con una gran experiencia que les servirá para próximos desafíos, pero en el detalle medallero, ¡como los abuelos solían decir, no pelamos ni una papa! Algunos dirán que no hay auspicios, que el estado nunca le ha interesado invertir en campeones y los más pesimistas que somos malos pa la pelota.
En mi memoria llena de vacíos y fracasos deportivos, recuerdo que en el colegio nos creíamos secos para todos los deportes, desde el caballete, dónde muchos aprendieron solo el salto del ladrón hasta subir como se pudiera ese mástil que en ese entonces se veía inalcanzable, pero siempre con una sonrisa ya que esas horas de deporte era mucho mejor que estar resolviendo formulas en clase de física.
Creo que hay que volver a introducir todo tipo de motivación para el desarrollo del deporte en los colegios, desde abajo donde las mentes y musculitos más jóvenes absorben de mejor manera toda actividad, esperemos que en un futuro no muy lejanos ya no solo celebremos triunfos morales y comprendamos que el trabajo bien hecho siempre da frutos.